Las niñas no mueren de
amor
ni las nubes son de algodón.

Es
indignante que nadie tenga el valor de siquiera hablar cuando sabe que algo es
incorrecto, no puede ser que niños y niñas sigan muriendo en la calle y que
hagamos caso omiso por el simple hecho que no pertenece a nuestro circulo
intimo y que sobre eso ya hasta sea normal para nosotros ver en los noticieros
la cantidad de violencia que impacta a nuestro país.
Ya
basta de seguir creyendo que vivimos en un cuento de hadas donde nada pasa, es
el momento en el que cada uno de nosotros tiene la obligación de levantarse y
hacer pequeños cambios que juntos hacen la diferencia, es tiempo que dejemos de
preocuparnos únicamente por nosotros mismos o peor aun basta de hacer simplemente
ruido, porque si la mitad de los guatemaltecos no quiere ver lo que sucede a su
alrededor la otra mitad solo sabe quejarse.
¿Cuando
fue que en Guatemala nuestros valores fueron arrojados a la basura? ¿cuando fue
que empezó el temor de no saber si saldríamos de casa sin que nada malo
sucediera? es lamentable que sea imposible de creer que en los tiempos de mi
abuelita podías dejar la puerta abierta sin miedo a regresar y no encontrar tus
cosas ahí, es triste que ahora sean eso, historias y nada mas.
El
reportaje de las niñas de Guatemala es verdaderamente impactante, te hace
reflexionar en la situación en la que se encuentra nuestro país, te hace
analizar ¿que estamos haciendo en realidad? y llega hasta lo mas profundo del
corazón, un aplauso para la escritora que logro ver mas allá de una simple
historia, mas allá de una noticia y logro conmover el corazón de muchos
lectores.
Michel Pérez
111 9073
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